jueves, 15 de enero de 2015

MONOTONIA



Me encontré entonces, en medio de aquel océano de monotonía
Viendo pasar los días con su estúpida y larga comitiva de incongruencias
y yo los miré pasar, contemplando sin interés el monótono oleaje,
mirando con ojos ciegos, negros de oscuridades perpetuas, sobrevenidas,
inerte, sin ser capaz de intentar siquiera romper el círculo vicioso en el que me hallaba.
No caminaba, no me movía, no me sentía vivo ni muerto, ni asumía las ganas de vivir.
Me consumía en mi cárcel de tristes reiteraciones, ni pedidas ni elegidas,
atormentándome con la tibieza de un amor prendido en la costumbre,
hundiéndome más y más en la inoperancia de la carne y del alma.
Ahogándome poco a poco en aquel inmenso océano de angustia
De una monotonía
                triste,
            absurda,
             desesperante,
           fría,
      inevitable,
                                                                                            destructiva.

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