Al doblar una esquina de mi vida
me reencontré con un sueño ya olvidado,
uno de esos que se dejan postergados
en un cajón de la cómoda del tiempo,
y lo hallé tan sincero, tan hermoso,
que volví a hacerlo mío ilusionado.
pero pronto entre mis manos se hizo viejo
como viejas son las penas que yo arrastro
y volví a depositarlo entre algodones
en el mismo lugar en que fue hallado.
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